Jordi Muñoz, un joven mexicano de 27 años quien ahora derrocha su talento para desarrollar robots. Tiene una de las historias más interesantes relacionadas con el ADN innovador, Jordi no tiene recuerdos muy lindos de su infancia, todos creeríamos que era un joven brillante lleno de privilegios y honores, lamento decirles que no fue así, lejos de ser un buen alumno fue un estudiante mediocre, de niño lo diagnosticaron con trastorno de déficit de atención con hiperactividad, pasó por un total de cinco escuelas antes de finalizar sus estudios. Hijo único de una familia de profesionales de clase media, desde muy pequeño se interesó por los avioncitos, los robots y hasta en las bombas.
Era un apasionado por jugar con legos, lo cual hizo que naciera su creatividad, le encantaba armar y desarmar todo lo que había a su alrededor, cosa que aprendió de su padre que tenia el habito de reparar cosas viejas que compraba en el mercado de pulgas, Jordi usaba estos hábitos como terapia para sus ya mencionados trastornos.
Jordi a los 11 años tuvo su primer computador el cual no sabía usar muy bien pero con el tiempo aprendió y se pasaba 18 horas al día pegado al computador fascinado , las horas que no estaba sentado frente a este se la pasaba haciendo experimentos, una de sus anécdotas fue que a los 11 años logro crear una especie de bomba con un control remoto, unos cohetes que le saco toda la pólvora y los metió en un tubo les puso un circuito eléctrico y la detono, sus padres no sabían si estar orgullosos o alarmados con la vocación experimentadora del joven.
"Padecía trastorno por déficit de atención. No me podía concentrar. Las maestras hablaban de una cosa y yo siempre estaba distraído, pensando en otra cosa. En la escuela de monjas era problemático y muy revoltoso. Era el chamaco distraído y revoltoso al que las maestras no querían"
A los 14 años, él ya estaba diseñando su primera página web y se interesaba por todo lo que tenía que ver con la aeronáutica. Una vez culminados sus estudios y tras la separación de sus padres quiso mudarse a la Ciudad de México, en donde presentó dos veces el examen de ingreso a IPN, pero fue rechazado en ambas oportunidades.
Los cupos para estudiantes del interior del país eran más restringidos que para quienes salían de las preparatorias de la red de escuelas del Politécnico, y no le alcanzaba el puntaje para ingresar, pasado esto tomó sus escasas pertenencias, las metió en una maleta y se regresó a Tijuana. Jordi Muñoz prefirió vivir en Estados Unidos, primero por necesidad, luego por gusto. Su plan era triunfar en la Ciudad de México, estudiar una ingeniería y conseguir su título. Después, involucrarse de lleno en la industria aeroespacial. Pero fracasó.
Al llegar a Estados Unidos, California, Jordi empezó a experimentar con chips y controladores. Cada experimento que hacia lo compartía en DIY Drones, una plataforma para aficionados a construir sus propios vehículos aéreos.
"Más vale el talento sin título, que un título sin
talento"
En uno de estos experimentos Jordi logró hacer volar un helicóptero de juguete utilizando una plataforma de código abierto y hackeando su consola de Nintendo Wii, lo cual logro captar la atención de Chris Anderson creador del sitio web, haciendo que este invirtiera una pequeña cantidad de dinero para que Jordi replicara la tecnología que uso para hacer volar su dron, lo cual le dio un gran éxito y en el año 2009 decidieron crear la compañía pionera en drones 3D Robotics, con la cual pusieron este tipo de dispositivos al alcance de todos.
3D Robotics llego a facturar hasta 20 millones de dólares anuales en su mejor época, pero en 2016 se anunció que dejarían de producir drones para dedicarse al desarrollo de software.
"No hay que tener miedo a fracasar, de hecho es
importante que fracases porque ello te va a
motivar y
te va a dar otras oportunidades que no
esperabas"
Excelente ejemplo de Adn innovador
ResponderEliminarMuy bueno e interesante el ejemplo !
ResponderEliminarEste chico es un ejemplo a seguir, me parece fascinante e interesante esta aplicación
ResponderEliminarExcelente aporte !
ResponderEliminarEs una historia conmovedora
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